La soledad es una ingrata a la que se le va agarrando el gusto, con un alto riesgo de parar completamente enamorados de ella.
La soledad es un hotel que no es de nadie, es una cama que no es mía, es despertarme a las tres de la mañana y no saber dónde está el baño...la soledad soy yo.
La soledad es la gota de agua, en la llave del baño que dejaste prendida y que no quieres apagar por no sentirte solo.
La soledad es como un suplicio ingenioso de la naturaleza que hace que nos encontremos con nosotros mismos para poder valorar a los demás.
La soledad es un espejo que no miente.
La soledad son ese montón de sonidos que no escucha nadie pero hacen demasiado ruido.
La soledad soy yo, en compañía del pasado.
La soledad es un beso que se desperdicia en la almohada. Es ver la sombra y la silueta de alguien que ya no está.
La soledad es una malvada insoportable y maravillosa...que me gusta, no sé bien por qué.
La soledad es entender por fin, que no hay mejor compañía que la soledad...Es el velorio de un día que se fue. Es dejar de estar haciendo nada, prepararte, vestirte, abrir la puerta, salir...para seguir haciendo lo mismo.
La soledad es la compañera, la del miedo, la de los futuros inciertos, la del camino, la búsqueda...La soledad.
Ricardo Arjona
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